¿Es posible incluir a los recicladores en el nuevo esquema de basuras?

AÑO?, Bogotá, Razón Pública

Adriana Ruiz-Restrepo, experta internacional en política pública incluyente, explica el reto al que se enfrentan las administraciones distritales a la hora de definir sus esquemas de recolección de basuras. ¿Qué hacer con los empresarios informales que han manejado el reciclaje por 100 años?

Todo lo que ha pasado del 2009 hasta ahora son autos de seguimiento que reflejan el desacato y la incapacidad absoluta de las Alcaldías y del Gobierno Nacional de obedecer exactamente lo que pide la Corte, y lo que ha dicho la Corte como conclusión de todos estos años es que los recicladores en pobreza, informales y tradicionales, que durante más de 100 años llevan haciendo el reciclaje en este país, ahora pasan de ser empresarios cuentapropistas informales, a ser empresarios autónomos en el servicio municipal de aseo, ¿qué significa? Que si hay operadores de economía de capital que llevan la basura nuestra a un relleno donde la entierran o donde la vuelven biogás, todo el reciclaje que antes era informal y digamos salvaje, desordenado, desorganizado, se tiene que crear en una nueva ruta adicional que va a ir a unos centros de acopio municipales de infraestructura municipal y a unos sitios de aprovechamiento, y que son los recicladores quienes operan esta ruta.

La inclusión de los recicladores, el acceso a la basura que es una acceso cierto y seguro, sus derechos ciertos y exigibles, lo que apuntan y buscan y así se argumentó y así lo desarrolló la Corte a que los recicladores sean operadores de reciclaje en un servicio municipal y como empresarios autónomos y no una inclusión asistencialista. Si ellos inventaron el negocio, si ellos tienen el conocimiento, si tienen la organización, pues no hay ninguna razón por la cual los recicladores no puedan operar el reciclaje en el país en una forma organizada. Si no logramos sacar una política pública para transformar el sistema para incluir a los recicladores sin afectar la higiene, sin perder la oportunidad de hacer negocio con la materia prima, pero sin matar de hambre a los otros ni quitarle el derecho a soñar más allá de un salario mínimo, Colombia no tiene nada que discutir ni aquí ni allá ni en ningún lugar, porque es un problema de mentalidad y de respeto a entender que hay proyectos superiores al interés personal y que son realmente nada menos y nada más que la higiene del país y la posibilidad de que ese mercado y ese servicio de higiene pues le reduzca pobreza a los que llevan 100 años prácticamente trabajando como esclavos para el resto de nosotros.

 

Fuente: http://bit.ly/2vjuBR7